27 de Marzo, Viernes de 2020.

NOVENA A LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS

DÍA SEGUNDO

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA" (Lc 1, 26-39).

San Lucas narra el hecho más maravilloso, el misterio más entrañable y el acontecimiento más trascendental de la Historia de la Humanidad. ¡Que Dios se haga hombre y para siempre, nadie se lo podía imaginar!
Es un evangelio para aprenderlo de memoria y meditarlo constantemente.

Dios quiso nacer de una madre virgen. Este privilegio de ser virgen y madre al mismo tiempo, concedido a Nuestra Señora, es un don divino, admirable y singular.
Una de las homilías más bonitas (a mí me encanta) de San Bernardo recoge este momento en que el Arcángel San Gabriel anuncia a la Virgen el Misterio de su Maternidad. Habla así este santo:
«María: todo el mundo espera tu respuesta afirmativa. De ti depende nuestra salvación. Te lo suplican desde Adán, pasando por Abrahán y David hasta sus Santos intercesores. El mundo entero lo está pidiendo postrado a tus pies (…) María: Da pronto tu respuesta. Responde presto al Ángel; responde una palabra y recibe al que es la Palabra (…)
¿Por qué tardas?
¿Por qué recelas?
Cree…, dí que sí… Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por el consentimiento».

Y, ¿qué dijiste, Tú, Señora?»
«HE AQUI LA ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MI SEGUN TU PALABRA».

 

Queridos Cofrades y devotos de la Virgen, como hace la Iglesia los días de la Encarnación y el día de Navidad, es para ponernos de rodillas ante este gran misterio:
Dios se ha encarnado en el seno de la Santísima Virgen. Dios está aqui. Adorémosle.

¡¡¡Virgen María, eres un Sagrario viviente!!!
Eres Maestra de entrega sin límites. Eres nuestro Modelo. Ejemplo de fidelidad.Señora de Las Angustias, ayúdanos a ser fieles a nuestra Vocación como lo fuiste Tú.
Fieles hasta la muerte.
Ayúdanos en estos momentos de pandemia.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.
¿Por qué, Madre de todos los hombres, tanto dolor, tantos enfermos, tantas muertes, tanta angustia?
Dinos en qué tenemos que cambiar y ayúdanos a cambiar. Que esta «peste» nos aparte de la peste del pecado. Danos un corazón
nuevo.Ven, ven en nuestra ayuda. Te necesitamos, Madre, Virgen de las Angustias, como un niño necesita a su madre. Tenemos miedo, como el niño pequeño. ¡
¡¡Cobíjanos bajo tu manto!!

¿Qué quieres de nosotros?
Hoy nos consagramos a Ti.
«Tomad Virgen pura, nuestros corazones,
No nos abandones
jamás, jamás.
No nos abandones
jamás, jamás».

Jesús Mateo. Sacerdote.