26 de Marzo, Jueves de 2020.

NOVENA A LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS.

DÍA PRIMERO.

"MARÍA, ERES TODA HERMOSA, SANTA".

Virgen Sagrada,
Dolorosísima Virgen de las Angustias, Señora Nuestra,
dígnate alcanzarme la gracia de saber alabarte.
Yo quiero, Señora, cantar tus glorias.
Y quiero empezar a alabarte con las Palabras
que el mismo Dios puso en labios del gran Mensajero el Arcángel San Gabriel.
No hay palabras mejores para alabarte, María, que estas: «Eres la llena de gracia»; la «Todosanta»; la que rebosa de gracia y santidad. El Señor está
contigo. Rebosas de gracia, de amor, de santidad.
ERES LA LLENA DE GRACIA.
Dios Padre se recreó en tu graciosa belleza. No pudo, siendo Dios, hacer algo más hermoso, más bello que Tú, María.
«Tu dignidad es en cierto modo infinita» como afirma Santo Tomás de Aquino.
Y otro gran devoto tuyo, San Buenaventura, afirma: Que Dios Padre pudo hacer un mundo mejor, pero no pudo hacer una madre más perfecta que la Madre de su hijo».
¡¡¡ Dios Padre, qué bien te salió tu hija, María, la obra perfecta de la creación!!!
Dios Hijo ha sido el único que ha podido escoger Madre.
Pudo escogerla, porque es Dios y todo lo puede.
Quiso porque es hijo y como buen hijo, el mejor de todos los hijos, quiso para él la mejor de todas las madres.
Y como pudo y quiso, razona el gran teólogo Duns Escoto, te hizo la más bella, la más hermosa, la más santa, la llena de gracia.
Así lo hubiéramos hecho todos los hijos, elegir a la que tenemos, llenándola de todas las gracias.

Eso hizo Jesús. Siendo Omnipotente y el mismo Amor, su poder realizó todo su querer. Por eso te hizo, María, la mejor de todas las madres.
Y el Espíritu Santo «te
cubrió con su sombra»
(Lc 1, 36), y Aquel que no cabe en todo el mundo, el
Autor del universo, se encerró en tu seno al hacerse hombre y de ti, Señora, salió el Sol de Justicia, Cristo Nuestro Dios, y permaneces Virgen para siempre. Te preparó para ser tabernáculo vivo del Hijo de Dios, Madre de Dios; Madre de la Iglesia, y Madre de cada uno de nosotros.
El Espiritu Santo hizo suyas las palabras del Cantar de los Cantares:
«¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Como lírio entre los cardos es mi amada entre las doncellas… Eres del todo hermosa, amada mía, no hay tacha en Ti»!
(4, 1-5).
Querido Cofrade, devoto de la Virgen:
Mira, contempla, embelésate ante la imagen de la Señora; dale un beso, cientos de besos y pídela
su beso, el beso de Madre que «todo lo cura» y que sea un «beso» en el que
te «contagie» su santidad.
Amen.

Jesús Mateo. Sacerdote.