16 de Marzo, Lunes, de 2020.

"HAMBRE Y LEPRA" (Lc 4, 24-30).

[24] Y añadió: —Os aseguro que ningún profeta es aceptado en su patria. [25] Ciertamente, os digo que había muchas viudas en Israel en tiempo de Elías, cuando el cielo estuvo cerrado tres años y medio y hubo una gran carestía en todo el país. [26] A ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta en Sidonia. [27] Muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno fue sanado, sino Naamán el sirio. [28] Al oírlo, todos en la sinagoga se indignaron. [29] Levantándose, lo sacaron fuera de la ciudad y lo llevaron a un barranco del monte sobre el que estaba edificada la ciudad, con intención de despeñarlo. [30] Pero él, abriéndose paso entre ellos, se marchó.

En el Evangelio de hoy San Lucas nos habla de dos “virus” que padecía aquella sociedad.
Por un lado una sequía de dos años y medio que asoló al pais por falta de agua y de comida para poder subsistir.
Por otro lado la “lepra” enfermedad, en aquel tiempo, incurable, y como maldita a los ojos de Dios y de los hombres.
¿A quién socorrió Dios por medio de los profeta Elías y Eliseo?
A una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón; a una pobre y humilde mujer.
Y a Naamán, general del ejército del Rey de Siria,
una vez que “obedece y se humilla y cumple” lo que le dice el profeta Eliseo.
Todos estamos enfermos del alma, con errores y defectos que no acabamos de arrancar.
Hemos de ser dóciles y humildes y Dios nos “curará”.

Y, en la actualidad, hay cientos de personas enfermas del coronavirus.
Como nos dice el Papa:”Hemos de afrontar esta situación renovando la confianza en el Señor con la fuerza de la fe,la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad”.
Estemos junto a esas personas enfermas por medio de la oración, del recuerdo y del cariño.
Hemos de hacer propio todo lo que afecte a los demás, porque “si un miembro sufre”, todos sufren con él” (1Cor 12-26).
Pensemos especialmente maneras creativas de servicio a los demás, p.e. llamar por teléfono, aprovechar las tecnologías, aconsejar las lecturas y oraciones de la misa vídeos…juegos en familia.. tertulias familiares…
Rezar por ellos.
Que nadie se sienta solo.
Estoy convencido de que hoy han subido al Cielo cantidad de oraciones y comuniones espirituales desde todos los hogares cristianos. Muchos no habéis podido participar en la Santa Misa, en la Iglesia, pero habéis convertido vuestro hogar en “Iglesia doméstica”.
¡¡¡DIOS OS BENDICE!!!
Agradezcamos a los profesionales de la salud
el trabajo que están haciendo. Que Dios Nuestro Señor les bendiga y conforte en el bien que están llevando a cabo.

Jesús Mateo. Sacerdote.